Poco después, Francisco Javier Bultó, fundador de Bultaco, empezó a organizar en su finca familiar de San Antonio, en Cunit, el “Trial de San Antonio”.
Era más que nada una fiesta para la gente de Bultaco. Se podía participar con todo tipo de motos adaptadas: Tralla, Sherpa N, etc. Más tarde, Bultó organizó excursiones con sus pilotos, para experimentar de cara a esta prueba, partiendo de un “prototipo” que irían adaptando sobre el terreno. Esta moto sería el origen de la que años después fue la Sherpa T.
En 1962, los sobrinos de Bultó: Juan Soler Bultó y Oriol Puig Bultó, participaron en un Trial que organizó la FIM en París con la intención de promocionar este deporte en el continente (ya que entonces se practicaba poco más que en las islas británicas), a fin de investigar sobre el terreno aquella desconocida disciplina y mejorar los prototipos de la marca. Ya en 1963, Oriol Puig Bultó participó en los Scottish (6 Días de Trial de Escocia) para probar los nuevos prototipos más evolucionados. Abandonó, pero el rey del Trial en aquella época, Sammy Miller, se interesó por aquellas motos de dos tiempos, sorprendido tanto por su ligereza como por la vivacidad del motor.
Aunque antes ya se había organizado algún que otro Trial en Cataluña (aparte de los de San Antonio), se puede considerar 1964 como el año del comienzo de esta modalidad en nuestro país, sobre todo después de la celebración en Barcelona del “I Trial del Tibidabo” el 1 de noviembre de ese mismo año. Poco antes de que esto sucediera, aquel verano, se había estado gestando la Sherpa T en la finca de los Bultó.
Sea como fuere, el hecho es que Sammy Miller estuvo el verano de 1964 en Cunit, en la finca de San Antonio, probando el prototipo que le había preparado Don Paco Bultó, sugiriendo algunos cambios.
Terminadas estas sesiones, Sammy Miller manifestó que se encontraba a gusto sobre aquella ligerísima moto, firmó un contrato con Bultaco y se comprometió a colaborar en el diseño de una moto de trial que superara a las pesadas cuatro tiempos inglesas.